Muchas veces cuando hablamos desde esta tribuna tecnológica y somos críticos de situaciones en las que el gobierno municipal no cumple o se ven situaciones de gravedad institucional o administrativa, debo hacer algunas aclaraciones al respecto.
Salvo honrosas excepciones de funcionarios y concejales que dan todo por una sociedad mejor e igualitaria, la oposición no sólo trata de aportar al desgaste de la administración municipal como históricamente ha sucedido al menos en los últimos 10 años en los gobiernos de Lomas de Zamora, sino que además muchos de los funcionarios que critican hoy han sido ayer artífices de la degradación institucional, económica y social local.
Por eso, cuando hablamos de las cosas que hablamos en este blog no significa para nada que coincidamos ideológica, política o periodísticamente con la oposición ni con el oficialismo. Nuestra tarea es mostrar y decir, escuchar y hablar, y estar del lado de la sociedad para fortalecer los lazos de solidaridad e igualdad en la comunidad.
Tampoco podemos decir que nuestra posición a veces no actúa y es inocua; como lo fue por ejemplo en la 125 -la pelea del campo con el Gobierno por las retenciones- porque más allá de las diferencias que uno puede tener con las políticas implementadas desde los Estados y los Gobiernos, debe saber que cuando critica políticas sociales puede estar del lado del enemigo.
Hay que ser cautos. Sucedió en este caso de la 125 con algunos sectores denominados progresistas que atacaron al Gobierno, y de manera indirecta - o en muchos casos directamente- apoyaron a las multinacionales, a los terratenientes y empresarios del campo pensando que lo hacían con los trabajadores de mismo, cosa que jamás se mezcla.
Es así que decimos que estamos junto a las necesidad que declaman los vecinos en la mejora de su condición de vida, de la muestra de su cultura y su arte, de su identidad y apropiación barrial, de los trabajadores con todos sus derechos y de aquellos grupos vecinales que se han organizados para pelear por sus derechos.
Sabemos además, que todos intentan operar desde sus lugares políticos y tomarnos de rehén para sus estrategias. Sabemos que cuando decimos algo de alguien o acerca de algo, estamos favoreciendo a otros. Sabemos que nos pueden manipular. Pero sobre todas las cosas sabemos, que ser equilibrados en la medida justa es tener libertad para decir y opinar. Que ser equilibrados nos permite mirar más allá de las pertenencias políticas y de los avatares que son funcionales a los gobiernos.
Por eso, queridos lectores, les dedicamos este editorial a modo de aclaración porque hay muchos que condenan para no ser condenados, hay otros tantos que hablan para que no hablen de ellos y hay otros que callan para que todo quede en el olvido. Estamos aquí, junto a ustedes, para escucharlos y estar siempre atentos.
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