domingo, 30 de enero de 2011

A propósito del aniversario del asesinato de José Luis Cabezas...

Conocida y trágica es la historia del asesinato del reportero gráfico José Luis Cabezas, el 25 de enero de 1997. Cientos de escritos, grabaciones, fotografías, marchas, denuncias involucraron a integrantes de la policía de la provincia en el asesinato, supuestamente solventados por una mano "rica". Y esa mano poderosa veraneaba nada más y nada menos que en Pinamar.
Todos apuntaban a Alfredo Yabrán, el magnate telepostal que como muchos en Pinamar, se hicieron ricos durante el gobierno menemista. Según ciertas fuentes, Yabrán se suicidó de un disparo de escopeta en la cara. Muchos otros descreen que esté muerto.
Y otros tantos, muchísimos más, pensamos que los medios de comunicación y la información han utilizado a través de los monopolios y multimedios un valor y peso propio: lo que es favorable a los intereses que representan.
Muchos de esos intereses están instalados en capitales supranacionales, en las oligarquías nacionales, otras en las mesas de dinero y lavado, otras en la especulación y muchos otros se empeñan en la elaboración de productos culturales que propicien de "colchón" para poder mentir y seguir provocando el desaliento y desunión nacional.
Cuando hablamos de las coberturas que se realizaron sobre el asesinato, todos llegaron a la conclusión y a los asesinos, hoy libres.
Salvo "Don Alfredo" que prefirió suicidarse antes que verse "retratado". Ciertas fuentes, especialmente las desorientadoras argumentaron que "Don Alfredo", a modo de capo mafia, hizo lo que debía: suicidarse al modo italiano -o asesinato- por haber sido el eslabón que debía mantenerse oculto y se expuso como peligroso.
Tantos análisis, estudios, investigaciones, estadísticas, presunciones.

La impunidad
Y hay una de importancia mayúscula que tiene que ver con la muerte, el asesinato y la impunidad. El que conoce Pinamar, su estructura económica, socio-cultural y de poder, piensa inmediatamente en lugares como Cariló, la "Pinamar Extrema" por su riqueza y los personajes que por allí pululan.
Ahora, no es difícil pensar que en un lugar paradisíaco, repleto de personajes de la oligarquía, la riqueza extrema, esa Argentina que uno ve solamente desde afuera y que sabe quién la compone, no se pueda hacer lo que se quiera con total impunidad.
Si analizamos las construcciones argumentales de esa impunidad más la estructura económica, la inserción social que propicia "pertenecer" -tal como lo definiría Pierre Bordieu con sus definiciones sobre los distintos capitales, el cultural, social, económico- podemos inferir que la impunidad es lo que sobrevuela a un sitio a donde concurren políticos de primera línea, jueces, banqueros, empresarios, personajes de las clases más pudientes de nuestro país, y además, gente y pueblo, poco pero algo al fin.

La muerte. ¿Y qué?
¿Qué puede pasar si asesinan a un periodista o un reportero? ¿Acaso ese enorme poder, el mismo que maneja los resortes muchas veces desestabilizadores de los Gobierno, no puede hacer lo que le parece a su buena gana sin que nadie lo señale?
Es cierto: los asesinos fueron preso. Pero ya están libre y han pasado sólo 13 años. Un asesinato temible, ejemplificador para los que buscan informar, mostrar una faceta más de los que intentan ocultarse para ser más impunes.
Las noticias hoy hablan de Sergio Camaratta y Aníbal Luna, dos de los implicados en el asesinato, de nuevo por Pinamar (http://www.pinamarinfo.com.ar/notas/2011/01_Enero/12/actualidad_socorro%20sos.html).
Ya en las crónicas del momento algunos medios congraciados con quien era Gobernador en 1997, Edurado Duhalde, publicaban estas notas ( http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:n41KDJgBvNcJ:www.lanacion.com.ar/nota.asp%3Fnota_id%3D76584+poder+economico+pinamar&cd=1&hl=es&ct=clnk&source=www.google.com)
Seguramnente muchos saldrán a decir que Cabezas extorsionaba con sus fotografías. Y nos pregutamos ¿Se puede extorsionar a quienes son impunes? Porque la impunidad todo lo puede, todo lo compra, todo lo tiene de su lado. Hasta cierto punto porque el impulso social en la búsqueda de la verdad siempre llega.

La impunidad globalizada
Así como nos preguntamos si Pinamar, es decir, el conglomerado de poder es impune como lo fue con el asesinato de Cabezas, no está lejos pensar que a modo de globo de ensayo se reproducen esos coletazos de impunidad en el resto del país.
Aquellos que piden flexibilizar la economía para entrar en las reglas del mercado y no tener más y mejor economía con valor agregado para producir y exportar y dar mejores productos internos, aquellos que piden que se caiga la Ley de Medios porque pueden perder su status social y económico -un concepto de la burguesía individualista -, aquellos que piden la rebaja de la edad de imputabilidad para destruir a esa niñez que ellos mismos crean, aquellos que piden más ganancias y menos participación de las ganancias, aquellos que se enriquecieron durante la dictadura y el menemismo, son aquellos que tienen alta impunidad, igual que en el asesinato de José Luis Cabezas.
Nadie mira Pinamar, hermosa de por cierto. Nadie quiere mostrar la Pinamar que presenta diferencias sociales profundas y ésa misma que los grupos conservadores no quiere que se les toque. Nadie habló ni habla de lo que es Pinamar para el poder real de nuestro país. Porque Todos y muchos forman parte de ése país, que quieren seguir ocultando.
Aunque es cierto también, hay otros tantos o muchos más que procuran un país diferente.

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