viernes, 17 de julio de 2009

En Lomas no está todo Bien

El temor te recorre el cuerpo cuando te acercás a uno de los barrios que dicen es uno de los más temidos del conurbano bonaerense. Hablamos de La Cava, en Villa Fiorito allá en el noroeste del partido de Lomas de Zamora.
Cuando llegamos con un amigo de la zona nos reciben un par de chicos con gorritas y ropa de gym, nos miran y saludamos como en cualquier otro lugar. Y como se debe hacer en estos casos. Somos sapos de otro pozo y te lo hacen notar. Hay que respetar, esa es la consigna principal.
Lamentablemente nos equivocamos de calle para ingresar a la casa de un vecino muy conocido de La Cava. Y eso a veces se paga caro.
Sin embargo, como un gps dirijimos nuestros sentidos a encontrar la dirección correcta. Llamá por teléfono le digo. Y en ese momento aparece ante nuestros ojos el tan ansiado camino, angosto, sinuoso, a la vuelta de una esquina colorida y llena de basura. Es ahí, mandate. Al fondo una casa muy cuidada, aseada, con contrapiso a la entrada muy elevado, "para que el agua no se meta" nos dice nuestro anfitrión.
Fotitos de los pibes, el barrio, todo muy limpio y el mate siempre dispuesto. Eso es La Cava, la parte que siempre apreciamos: linda gente, simple, inocente, muchos de ellos, aunque después nos encontramos con aquellos que mirando de lejos y controlando meten miedo. De eso mejor no comentar, nos dicen. Son los dealer. Tienen motos nuevas, coches nuevos, ropa muy diferente. Y una actitud también diferente. Pero nadie nos dice nada ni nos molesta, porque estamos con alguien respetado, con alguien que conoce la realidad del barrio, su historia, su gente, sus necesidades, sus recovecos y sus malos hábitos.
Pero como siempre afirmo, los lugares que dicen ser los más siniestros y temerosos en realidad son los más seguros. Gente de trabajo, casitas de material hasta de cartón, con techos de chapa hasta de nylon. Caritas rosadas hasta rostros deshechos por el maltrato y el abandono.
Al salir de la casa de nuestro anfitrión pasamos por una calle totalmente tomada por el barro; hacia el norte una casa con inmensas bolsas adentro y afuera, cartones por todos lados; una mujer y varios chiquitos; hacia el sur una senda que simula ser una calle toda embarrada; y seguimos por allí para luego tomar el lugar que denominan" el campito", pleno corazón de La Cava. Pocos ingresan a este lugar. Menos los políticos. No porque tengan miedo sino porque tienen que hacer cosas.
Antes de ingresar en un "pulmón negro" -espacio abierto repleto de basura y cascotes- nos detenemos en la casita de una vecina. La llamamos y nos comienza a contar su desgracia. Que los alimentos, que la ayuda, que la falta de trabajo, que los 6 pibes. En eso sale un adolescentes bien rubio -teñido- y sin mirar va a una casita lindera. Se traba una linda discusión: "decile a tu pibe que no venga a hacer quilombo a mi casa y menos que le venga a pegar mi hijo, entendiste". Pelea de polleras le llaman.
Mientras relojeamos la pelea vemos como al final de la curva de la calle tres muchachos pispean a los visitantes, es decir, nosotros. Eso nos alerta, porque somos observados. Y así comienzan a pasar y desfilar varios adolescentes con cara de poco amigo. De todas maneras no pasa nada. Estamos custodiados.
La nena de seis años que sostiene en sus bracitos al bebé de 1 me parte el alma. Lo sostenía con una solidez que pocos conocen sino saben lo que es tener a un bebé en brazos. Ella caminaba, se daba vueltas, hablaba como si fuese una adulta. Intuyo que a esa altura ya tiene más experiencia de vida que muchos de 15 o 20 años. No sabemos hacia donde fue ni con quién estaba.
Una de las cosas que más me impactó fue el desastre ecológico-ambiental que dejó el entubado del arroyo Unamuno. Si bien era una obra necesaria que los vecinos aplauden, también es necesario y justo decir que no se puede dejar una brecha de tierra y barro, con partes similares a ciénagas de agua estancada, imposible de cruzar y me atrevo a decir que cualquier de los cientos de niños que viven a la vera de ese lugar, pueden morir fácilmente si caen ahí.
Me hace recordar la falla de San Andrés, ese gigantesco hueco en la tierra que está despegando a California de los EE.UU. La única diferencia es que San Andrés es provocada por un fenómeno natural del movimiento de placas tectónicas. En este caso, la mano del hombre deja su secuela, su fórmula: "dejalo así total que puede hacer esta gente". Porque no se puede entender entonces como es que no concluyen una obra con asfaltos o puentes que comuniquen. Intuyo que va con lo que es La Cava: un lugar pobre, abandonado y en donde se expresa el "es demasiado para esta gente".
A la vera de ese entubado dos nenes de 6 u 8 años jugaban en la tierra. El mal olor, la basura, las aguas servidas, los pozos de baño mezclados con las mangueras de goma que llevan agua a las casas mostró una de las caras más duras de La Cava. No quisimos entrar a hablar con la señora joven, porque presumíamos que era en vano creer que lo que veíamos iba a cambiar, sino que se agudizaría: la pobreza.
De esa manera comenzamos a encaminarnos hacia la salida, sin dejar de observar en el horizonte detrás del Unamuno, esos hermosos departamentos, casas de material abandonadas, esperando ser habitadas para inflarlas de amor y el espíritu familiar.
Y que no me vengan con el argumento facilista de que "son negros, villeros, no laburan, viven del plan", y que por ese motivo no merecen una vida digna. Porque ese criterio para clasificar también lo hicieron los mismos que aparecen en el video que precede a esta nota.
Lo cierto es que de las 5 familias que nos atendieron para comentarnos su realidad, todas ellas desean profundamente salir del Infierno. Todas ellas desean cuanto antes una mejor vida. Y todas nos aseguraron que los políticos los usaron y estafaron miles de veces, porque son sensibles y porque ante la desesperación de la pobreza, hasta la limosna se convierte en riqueza.

1 comentario:

el cambio en lomas dijo...

Como decir que estas en total coherencia en tus dichos, yo camine con vos y una amiga del barrio y se me partio el alma y me quede casi sin aliento, todavia estoy buscando la forma de poder solucionar algunas de las nesecidades de esta pobre gente, pero como todo en lomas esta bien esta gente no existe, si no hay elecciones, entonces recien en ese momento se acuerdan de ellos, que mas puedo decir si despues el tiempo me juzgara.