miércoles, 13 de julio de 2011

Decir Santa Catalina Reserva Natural, ya no es una utopía.

Y si, gracias a la lucha de miles de vecinos, organizaciones sociales, políticas y ambientales diputados bonaerenses aprobaron hoy la ley que declara a Santa Catalina como Reserva Natural.
Atrás quedan las marchas, caminatas, movilizaciones a la municipalidad de Lomas de Zamora, a la ciudad de La Plata, la junta de firmas, los trabajos de concientización en las escuelas, los proyectos anexos de basura cero, la presión en el HCD lomense para que no se realizaran excepciones al código de edificación o se le cambiara la utilidad y así poder construir complejos de viviendas privados, las peleas para que sea declarada Espacio Verde Público y protejerla un poco más.
Quedan atrás en el tiempo, no en los corazones.
Los que no quedan ni lejanos en el tiempo ni en los corazones son auqellos que estan del otro lado, los poderosos de siempre: Covelia que comenzó a destruir la laguna, a taparla y enterrar con ella todo lo que quedaba de ser vivo en la zona, pero la naturaleza sigue siendo mucho más sabia que los hombres y va a perdurar.
Y también estuvieron los entregadores de turno que prefieren el mercantilismo al humanismo; ni hablemos del cuidado del medio ambiente y la salud del pueblo, conceptos que son para ellos vacíos. El rector de la UNLP, Claudio Azpiazu, Jorge Rossi, ex intendente de LDZ, algunos concejales y funcionarios locales que permitieron y quisieron quedarse con este hermoso predio, el último pulmón verde de la cuenca Matanza-Riachuelo que está siendo salvado no sólo para nosotros, sino más que nada por los que vienen.

Muchos también, en esta lucha, quedaron en el camino, por cuestiones laborales, de salud, personales. Sin embargo, quedaron también flotando en el andar sus huellas, sus miradas, sus canciones, sus banderas. Todos estos signos juntos se mezclaron con el sabor de pequeñas derrotas, pero una gran batalla ganada que ahora, más que nunca, hay que seguir protejiendo y cuidando.

Todos y cada uno sabe lo que pudo o no dar para que esto hoy sea un triunfo. Desde las organizaciones, las apetencias personales o políticas, hasta los medios de comunicación. Todos sabemos en que lugar estamos parados, y en que medida nos involucramos. Pero de lo que no hay dudas hoy, es que al menos en Lomas de Zamora Covelia no podrá construir una estación de transferencia o tratamiento residual, y menos un barrio cerrado. Mientras tanto, empresarios del negocio inmobiliario deberán pensar en otros lugares para seguir destruyendo el hábitat donde también recibirán resistencia.

Esta Ley genera una conciencia que habrá que capitalizar como vecinos, como ciudadanos, como pueblo. Ya no se trata de sólo política, se trata de acompañar, participar y luego poder disfrutar.

Un abrazo enorme a todos los que de alguna manera estuvieron en esta lucha, en la cuál nos sentimos profundamente involucrados.

Fabián Amaya

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