Partió Irina. Dejó su corazón entre nosotros

Sus ojos se cerraron, y el mundo sigue andando... y el mundo de la salud en Lomas cambió. Y si cambió debe hacerlo para mejorar. Muestras hay de sobras que se puede.
Aunque Irina haya partido, quedan flotando en nuestras retinas y memoria la imagen de la solidaridad pura. Cómo vamos a perder, cómo vamos a fracasar si existen personas como María Laura, la enfermera ejemplar que representa a tantos otros trabajadores de la salud local; como vamos a fracasar si existe Romina, la secretaria de un diputado que ofreció todo y más, y acarició con amor de madre a esa familia que veía ir a su hija; Marcela, la dire del Enam; los cientos de alumnos, compañeritos y padres de esa escuela; Eliana y Omar, los enfermeros; Chino Navarro, el diputado provincial que no quería que difundiéramos su ayuda desinteresada pero tan necesaria.
Cómo podemos pensar que no vamos a salir de los problemas si existen médicos y auxiliares, personal de seguridad que atendieron en el UPA a Irina con un profesionalismo sin ataduras.
Todo es valor humano, todo se resume en esto y que nos deja como enseñanza esa vida tan pequeña. Volvemos a aprender de los niños; volvamos a ser niños para ver la necesidad de nuestros semejantes, de los que más nos necesitan.
Irina, no se fue en vano aunque la muerte es inexplicable y no podemos aceptarla. Irina nos dejó un ejemplo porque nos mostró que hay un camino y muchas personas dispuestas a cambiar sea como sea la realidad de los que más sufren.
Adiós, hasta siempre.