La mujer con nombre angelical

La tomó por la espalda mientras iba a su patio a colgar ropa recién lavada. Le dijo, "quedate tranquila, no te hagas la mártir", mientras la apuntaba con un arma de fuego y su socio le reclama acción: "pedile la guita, dale apurate".
- Ella, con una calma de ángel más que de sabia, habló: Quedensé tranquilos, no se ponga nerviosos. Los hizo entrar a la casa y ahí obró el milagro.
Porqué hacen estas cosas muchachos? preguntó la mujer con nombre angelical.
Porque tenemos familia señora.
Bueno, yo no tengo el dinero que me piden Ustedes. Pero ya les digo, que les voy a dar la poca plata que tengo. Ustedes no me la roban, yo se las voy a regalar.
Los dos hombres de unos 30 años se miraron fijamente imaginando una broma.
La mujer volvió de su dormitorio, sin que nadie la acompañe, como sabiendo que esa mujer nada malo podría hacerles. Eso los volvió a descolocar.
Vengan miren, les dijo la mujer: acá está mi mamá, y acá mi papá. Todos terminamos ahí -señalándoles unas urnas con las cenizas de sus padres-. Cuando se vayan de acá, busquen al pastor Alfredo de Lomas. El era ladrón, drogadicto y hoy, recuperado vive para Dios. El los puede ayudar. (cabe aclarar que la mujer que habla es profundamente profesa de la religión Católica).
A uno de los muchachos, el mayor, se le llenaron los ojos de lágrimas. Tal vez pensando en la verguenza de un ser interior. Fue a la heladera y se sirvió un vaso con agua. Le ofreció dos veces a la mujer quién se negó a tomar, hasta que a la tercera aceptó.
La voz de la mujer de nombre angelical, le volvió a decir: ustedes no me roban, yo se los regalo, traten de mejorar sus vidas que tienen todo.
Los muchachos no revolvieron la casa ni buscaron nada. Estaban como inmóviles por la situación o la verguenza. Al irse notaron la caja del timbre. Dijeron: esto es una alarma, cuidado. No les respondió ella, es la caja del timbre, al tiempo que se comunicaban por celular con una persona que los esperaba afuera.
Seguramente esa debe ser la llave de la puerta de entrada no? Ella les dijo: no se preocupen que yo los acompaño hasta la puerta. Y así sucedió.
Caminaron por el largo pasillo hasta la calle. Abrió la puerta de alambres y hierro, custodiada por dos paredes laterales. Y se fueron, a las 11 de la mañana del sábado 5 de febrero. La esperaban desde las 4 de la mañana. Pensarían que tenía dinero tal vez porque hacía unos días había fallecido su padre. Sucedió una vez más en Villa Galicia. Hay mucho más para decir en otro informe, porque no todo es cuestión de Fé. Hay también abandono