Izq: Berardo, Rezano, Díaz, Ottaviano, Córdoba |
Cuanto más repetimos palabras, conceptos, frases no sólo se cristalizan en el lenguaje cotidiano sino que además, significan es decir tienen sentido.
Este sentido siempre es un factor de poder que utilizamos en el lenguaje, para definir situaciones, relaciones y factores de poder. Así de ésta manera, hemos construído como sociedad una cultura del lenguaje que ha puesto lo patriarcal -definido como estado del hombre por sobre la mujer en innumerables hechos históricos y socio-culturales y economicos- como lo relevante de una cultura y una sociedad sexista -a favor del hombre, en detrimento de la mujer.
Cuando a través del lenguaje y su uso decimos, por ejemplo: Saludo a todos los presentes, aunque haya mujeres en un auditorio donde se saluda de ésta manera, notamos que el saludo a lo femenino queda obviado, relegado a lo masculino y nadie se para y dice: también hay mujeres para saludar aquí. Queda como implícito.
En cambio, si dijéramos en un auditorio compuesto por mujeres y hombres: Bienvenidas a todas a ésta charla, seguramente el macho -sujeto de preferencias-, saltaría de su butaca miraría para todos lados como pidiendo explicaciones del olvido del saludo al elenco masculino. Eso, las mujeres lo sufren y viven cotidianamente, entre temáticas más complejas de lenguaje sexista y no igualitario.
Seguramente mujeres en todos lo ámbitos de trabajo, en especial el educativo, también reproducen éstas conductas y usos del lenguajes impuestos durante años con el fin de inclinar la balanza hacia el hombre en detrimento de la mujer.
Algunas de éstas cuestiones, entre otras, fueron tratadas en una clase abierta denominada
"Democracia en el lenguaje, democracia entre
géneros" que integra el Seminario de Equidad de
Género y Construcción de Ciudadania en la Facultad
de Ciencias Sociales de la UNLZ (Universidad de
Lomas de Zamora).
En los audios que presento mencionan a quiénes estuvieron en el panel de oradores. Un auditorio Rodolfo Walsh repleto, que dejó en mi persona algunas cuestiones para repensar:
1 - Cómo hacer que desde los medios masivos de comunicación social (mmc) se visualicen éstas prácticas y comiencen a cambiarse con un manual de estilo, en principio; aunque se trata más que nada de conciencia sobre la temática y relaciones de poder de los medios-empresas.
2 - Incluir a pequeños, medianos medios regionales y locales. No sólo se reproducen éstos conceptos culturalmente instalados en los mmc.
3 - Explicitar de manera más clara las diferencias entre machismo - feminismo puesto que según las definiciones ambos conceptos se contraponen.
4 - Elevar proyectos educativos desde los niveles iniciales para hacer del uso del habla un hecho cotidiano.
5 - Trabajar sobre las concepciones de márketing y publicidad acerca del hecho sexista que imponen para ridiculizar a mujeres y hombres, aunque parezcan bajo el velo estructural gracioso y/o del ser argentino.
6 - Entender que todos estos procesos mejoran la calidad de vida de los seres humanos, sin diferencias con posibilidades de igualdad y no sexista.
Presentación del seminario, expositores y apertura Laura Berardo
Ivana Rezano
Alejandro Córdoba
Estela Díaz
Cynthia Ottaviano
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